Apreciados lectores de este extraordinaro blog, muy buenos días, tardes y noches, dependiendo de tu zona horaria en la que te encuentres:
No hay nada más estresante y fastidioso como son los trámites universitarios, especialmente en la semana de matrículas; en donde a continuación les comentaré no solo una, sino varias anédcotas que tuve gracias a la dichosa tramitomanía universitaria.
Como pueden saber, en la primera semana de clases normalmente se realizan trámites de matrícula e inscripción de asignaturas; pero con tan mala suerte de que recién me enteré (de parte de mi jefe de monitorias) de que no había inscrito materias aún. ¿El porqué de esta anomalía?, resulta que para mi caso, tuve que posponer varios cursos de semestres inferiores, con el fin de obtener un promedio por encima del promedio reglamentario, y creo que lo seguiré manteniendo pero con la diferencia de haber sostendio un mejor promedio en los últimos tres semestres. Las cosas con la tramitomanía no fueron para nada fáciles.
Debido a que no había legalizado la inscripción de asignaturas, y aún tomando horas de monitoría, provisionalmente estaba fuera de concurso, así que tuve la firmeza de acelerar los trámites de matrícula e inscripción de asignaturas; con tal mala suerte de que en los últimos días, habían filas que mas bien, parecen salas de espera en una clínica en estado deplorable. Yo no tolero bajo ninguna circustancia las esperas en cualquier entorno, y más en una cola que se me hacía cada vez mas eterna.
Antes de ponerme a hacer la dichosa cola hacía una ventanilla en el edificio de Admisiones y Registro de mi universidad; empecé a llenar unos formatos de equivalencia de cursos. Debido a que tuve que posponer los cursos en reiteradas ocasiones para poder sostener un mejor promedio, y al repentino cambio de pénsum académico, aquellas materias por obligación las tuve que redactar bajo ese formato, el tiempo de respuesta de cada formato de equivalencia fue instantáneo como añadir agua a un frasco de sopa instantánea para la hora del almuerzo.
Después de la aprobación de las equivalencias, ya viene la gran tortura china; y con el móvil que no me jugó a mi favor (estaba en un 30% de batería); mantuve la mente ocupada escuchando música o revisando mis redes sociales, hasta que la batería llegó a su límite, y por ende el fin de la dichosa cola para poder inscribir materias; después de haber inscrito materias por ventanilla, para el mejor de los casos conté con mucha suerte de imprimir los soportes de la dichosa matrícula y de ahí viene el ajetreo con el papeleo, ¡Cuánta burocracia!
Lo mejor de este asunto, es que me encontraba inscribiendo de forma definitiva, mi último semestre de carrera, y por ende el tan anhelado trabajo de grado, que con todo empeño lo lograré sacarlo a finales de este año; aunque de forma simultánea las monitotrías para la oficina de Asuntos Docentes y como auxiliar de laboratorios de Electrónica Análoga II. Después de haber completado estos asuntos, estaba ya en la gloria.
Nunca había sentido tan agotado para una semana que supuestamente se trata de matrículas e inscripción de materias, todos los semestres son la misma cosa, y como persona diagnosticada con Asperger, los cambios bruscos no son para nada fáciles, especialmente en los tumultos de gente.
Como corolario, me dedicaré exclusivamente a la realización y posterior sustentación de mi trabajo de grado para obtener mi título de ingeniero electrónico.
Un saludo para todos, y que tengan un feliz día
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